Metro Cuentos

domingo, 24 de agosto de 2008

Disculpa, la cola termina allá...

¡Realmente no sé qué pensar!

Yo no sé si la solución es colocar barras de metal (al estilo laberinto de una cola bancaria, pero sin la cinta; porque seguramente pasarían por debajo) para que la gente se vea OBLIGADA a hacer y respetar la cola al momento de esperar para entrar al vagón.

Y es que, me parece increíble que existan personas sin un ápice de ciudadanía o respeto a las normas -bastante simples- de un buen usuario Metro.

Seguramente hemos sido testigos, al menos en alguna ocasión, de personas que sin importarles aquellos que han estados minutos haciendo cola, simplemente se paran en todo el medio donde se supone abrirá la puerta del vagón, para entrar de primeros y ser por supuesto "LOS VIVOS DEL LUGAR".

Toda la cantaleta surge por un incidente en el metro ocurrido hace semanas.
En la estación Plaza Venezuela, justo cuando el vagón está llegando, una muchacha se coloca en medio de las dos colas reglamentarias, y además con cara de molesta, como si los infractores fuéramos nosotros, procede a esperar que se detenga el vagón en el andén para ocuparlo. Un señor, con tono amable le toca el hombro y le indica dónde estaba el final de la cola. La "señorita" se encolerizó y empezó a pronunciar toda palabra soez que su vocabulario conocía.


Cuando entré al vagón, me tocó viajar al lado de la muchacha. Se encontró con una conocida que le dijo: "Ajá te coleaste", en tono de broma.
"¿Viste al sapo ese que me regañaba? No sé qué se cree ese -inserte grosería aquí-, si no me coleo, no entro... hay que ser vivo. ¡Sapo! sí tú, y que mandándome de última. Vuelves a tocarme el hombro y te agarro a c0#a..."
Mi cara era un poema.

"Bueno mana voy al trabajo, qué ladilla"
"Igual yo. Nos vemos después"
Y se bajaron en la siguiente estación.

Es triste ver que las personas no acatan las normas por iniciativa propia (ojo, no digo que son todos), que todo parece funcionar si hay una persona de seguridad dirigiendo y vigilando, pero "si no me están viendo, me coleo".

A aquellos que esperan como debe ser en cola, paciencia, algúúúún día todos acatarán las normas. (¿Utopía?)
A aquellos que se colean ... acatar las normas nunca le hizo daño a alguien!

¡Seguimos leyéndonos!

viernes, 15 de agosto de 2008

Multi Metro

Andar en metro, en definitiva, cumple varias funciones aparte de la principal que es transportarnos.


En "horas pico" son múltiples las cosas que logras en el metro;como practicar yoga, por ejemplo,cuando te vuelves mágicamente flexible y moldeable a cualquier hueco que encuentres vacío, muchas veces reduces tu tamaño o consigues encontrarte en posiciones contorsionistas que jamás habrías intentado, Yo-Garantizo que entro allí, como sea! y es cuando los demás deben entrar en estado de meditación.

Cuando tienes mas suerte y espacio, entonces puedes practicar surf poniendo a prueba tu equilibrio, sobre todo porque el nivel de gente amante del mismo pedazo de barra metálica del metro no te permite hacer otra cosa que surfear de estación en estación hasta tu destino.


En momentos mucho más tranquilos puede que disfrutes del viaje para leer un libro, el periódico, una revista o aproveches tanta suerte para ir repasando alguna cosa de la universidad/colegio/liceo/curso; pudiendo incluso probar tu pulso de médico para hacer apuntes, subrayar, resaltar o simplemente jugar con un lápiz mientras lees.



Para las mas coquetas existe la opción de sentarse en libertad de sacar su estuche de maqui- club (entiéndase maquillaje) y aprovechar de retocarse o comenzar a hacerse la latonería y pintura con un poquito de polvo, brillo labial, delineador, sombra , etc... segun sea el caso y el tiempo del que disponen hasta tu destino, todo un reto de rapidez, cálculo y destreza. Las menos afortunadas con un asiento igual podrán ubicarse frente algún vidrio que servirá de espejo y les permita acomodarse el cabello, collares, zarcillos, etc.

Para los mas masoquistas también existe un vagón de metro, ¿tienes curiosidad de saber lo que es "estar sofocado", no dejes de viajar por lo menos una vez a la semana en uno de los vagones especiales (Cámaras de tortura ) que están especialmente acondicionados para que respires aire caliente y tengas una experiencia religiosa.



Además en toda estación muy concurrida puedes practicar el eski... eskiva a este, eskiva a aquél, esquiva al niño. Salir sin ser atropellado por alguien es un reto para despertar los sentidos y la practica sana del deporte.

El metro es todo un reto a la tolerancia, una prueba de fuerza, destrezas, inteligencia y supervivencia del más apto ¿quién dijo que el metro no es un servicio integral?

Etiquetas: , , , ,