Disculpa, la cola termina allá...
¡Realmente no sé qué pensar!
Yo no sé si la solución es colocar barras de metal (al estilo laberinto de una cola bancaria, pero sin la cinta; porque seguramente pasarían por debajo) para que la gente se vea OBLIGADA a hacer y respetar la cola al momento de esperar para entrar al vagón.
Yo no sé si la solución es colocar barras de metal (al estilo laberinto de una cola bancaria, pero sin la cinta; porque seguramente pasarían por debajo) para que la gente se vea OBLIGADA a hacer y respetar la cola al momento de esperar para entrar al vagón.
Y es que, me parece increíble que existan personas sin un ápice de ciudadanía o respeto a las normas -bastante simples- de un buen usuario Metro.
Seguramente hemos sido testigos, al menos en alguna ocasión, de personas que sin importarles aquellos que han estados minutos haciendo cola, simplemente se paran en todo el medio donde se supone abrirá la puerta del vagón, para entrar de primeros y ser por supuesto "LOS VIVOS DEL LUGAR".
Toda la cantaleta surge por un incidente en el metro ocurrido hace semanas.
En la estación Plaza Venezuela, justo cuando el vagón está llegando, una muchacha se coloca en medio de las dos colas reglamentarias, y además con cara de molesta, como si los infractores fuéramos nosotros, procede a esperar que se detenga el vagón en el andén para ocuparlo. Un señor, con tono amable le toca el hombro y le indica dónde estaba el final de la cola. La "señorita" se encolerizó y empezó a pronunciar toda palabra soez que su vocabulario conocía.
Cuando entré al vagón, me tocó viajar al lado de la muchacha. Se encontró con una conocida que le dijo: "Ajá te coleaste", en tono de broma.
"¿Viste al sapo ese que me regañaba? No sé qué se cree ese -inserte grosería aquí-, si no me coleo, no entro... hay que ser vivo. ¡Sapo! sí tú, y que mandándome de última. Vuelves a tocarme el hombro y te agarro a c0#a..."
Mi cara era un poema.
"Bueno mana voy al trabajo, qué ladilla"
"Igual yo. Nos vemos después"
Y se bajaron en la siguiente estación.
Es triste ver que las personas no acatan las normas por iniciativa propia (ojo, no digo que son todos), que todo parece funcionar si hay una persona de seguridad dirigiendo y vigilando, pero "si no me están viendo, me coleo".
A aquellos que esperan como debe ser en cola, paciencia, algúúúún día todos acatarán las normas. (¿Utopía?)
A aquellos que se colean ... acatar las normas nunca le hizo daño a alguien!
¡Seguimos leyéndonos!
Seguramente hemos sido testigos, al menos en alguna ocasión, de personas que sin importarles aquellos que han estados minutos haciendo cola, simplemente se paran en todo el medio donde se supone abrirá la puerta del vagón, para entrar de primeros y ser por supuesto "LOS VIVOS DEL LUGAR".
Toda la cantaleta surge por un incidente en el metro ocurrido hace semanas.
En la estación Plaza Venezuela, justo cuando el vagón está llegando, una muchacha se coloca en medio de las dos colas reglamentarias, y además con cara de molesta, como si los infractores fuéramos nosotros, procede a esperar que se detenga el vagón en el andén para ocuparlo. Un señor, con tono amable le toca el hombro y le indica dónde estaba el final de la cola. La "señorita" se encolerizó y empezó a pronunciar toda palabra soez que su vocabulario conocía.
Cuando entré al vagón, me tocó viajar al lado de la muchacha. Se encontró con una conocida que le dijo: "Ajá te coleaste", en tono de broma.
"¿Viste al sapo ese que me regañaba? No sé qué se cree ese -inserte grosería aquí-, si no me coleo, no entro... hay que ser vivo. ¡Sapo! sí tú, y que mandándome de última. Vuelves a tocarme el hombro y te agarro a c0#a..."
Mi cara era un poema.
"Bueno mana voy al trabajo, qué ladilla"
"Igual yo. Nos vemos después"
Y se bajaron en la siguiente estación.
Es triste ver que las personas no acatan las normas por iniciativa propia (ojo, no digo que son todos), que todo parece funcionar si hay una persona de seguridad dirigiendo y vigilando, pero "si no me están viendo, me coleo".
A aquellos que esperan como debe ser en cola, paciencia, algúúúún día todos acatarán las normas. (¿Utopía?)
A aquellos que se colean ... acatar las normas nunca le hizo daño a alguien!
¡Seguimos leyéndonos!